La creación de vergeles agroecológicos en la Sierra Norte de Madrid ha recibido el apoyo de instituciones públicas locales y regionales, así como de productores y productoras que trabajan en diferentes municipios de la comarca. La pasada semana tuvo lugar la presentación oficial del Grupo Operativo Potencial BIOVERES (GOP Bioveres), cuyos socios son la Asociación Enrama, la Granja Prados Montes y el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA)

El modelo de vergel, propuesto por la Asociación La Troje, persigue la producción de fruta de calidad, encuadrada en criterios de economía circular, resiliencia climática y sostenibilidad y, a su vez, complementada con la formación y el agroturismo.

Las experiencias piloto se desarrollarán en la Granja Prados Montes (Montejo de la Sierra), la CSA Vega del Jarama (Torremocha de Jarama) y El Puente del Molino (Lozoya). Los vergeles combinarán frutales de variedades tradicionales, pequeños frutos y bandas florales que contribuirán al aumento de la biodiversidad de fauna y flora, así como a un incremento en su productividad.

También reforzará el potencial de un agroturismo de calidad ligado a la concienciación medioambiental, la revalorización del patrimonio agrícola y la transmisión de la riqueza cultural de los paisajes tradicionales serranos.

La iniciativa cuenta con el aval del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), el departamento de Ecología de la Universidad de Alcalá, el Centro de Innovación Turística Villa San Roque, la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, el Centro de Educación Ambiental El Cuadrón y la Asociación Facelia.

Además de impulsar la producción y venta de fruta en la Sierra Norte de Madrid, Bioveres servirá para elaborar una guía de buenas prácticas agroecológicas en frutales que permita replicar el modelo en otras pequeñas producciones locales; recuperar las variedades tradicionales en la Comunidad de Madrid; implementar en las fincas participantes acciones de educación ambiental abiertas a la ciudadanía, y por último, poner las bases de una futura asociación de vergeles.

La meta, a largo plazo es que, a través de estas prácticas, el sector agrícola y forestal presente y, sobre todo, futuro, sean económicamente viables y competitivos con un escaso nivel de emisiones, usando eficientemente los recursos y cultivando en armonía con los recursos naturales.