La creación de vergeles en fincas y explotaciones agroecológicas de la Sierra Norte de Madrid está siendo objeto de estudio por el Grupo Operativo Potencial BIOVERES (GOP Bioveres), constituido el pasado mes de octubre. La Asociación La Troje está desarrollando este proyecto piloto, cuyos socios son la Asociación Enrama, la Granja Prados Montes y el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). 

El modelo de vergel propuesto por la asociación La Troje combinará frutales de variedades tradicionales, pequeños frutos y bandas florales que contribuirán al aumento de la biodiversidad de fauna y flora en el enclave donde se instaure, así como a un incremento en su productividad. También reforzará el potencial de un agroturismo de calidad ligado a la concienciación medioambiental, la revalorización del patrimonio agrícola y la transmisión de la riqueza cultural de los paisajes tradicionales serranos.

Heredero del manejo tradicional de las huertas en las que se combinaban frutales, hortalizas y plantas medicinales, el vergel tiene sin duda un alto atractivo paisajístico. Partiendo de esta base, la propuesta de GOP Bioveres  pretende promover un innovador modelo de agricultura de alta resiliencia climática en la Sierra Norte de Madrid – replicable en otros territorios de la Comunidad de Madrid- en el que la producción, la formación ambiental y el agroturismo sostenible vayan de la mano.

En ese sentido, entre los objetivos de GOP Bioveres está establecer un banco de variedades tradicionales de frutales de la Comunidad de Madrid, elaborar una guía de prácticas agroecológicas en frutales para facilitar la réplica del modelo y desarrollar en las fincas participantes un plan formativo en agroecología, así como actividades de educación ambiental sobre biodiversidad y cambio climático abiertas a la ciudadanía.

La Comunidad de Madrid cuenta actualmente con paisajes agrarios de alto interés en proceso de abandono o desaparición. La consecuencia principal es la pérdida paulatina de biodiversidad silvestre y la infrautilización de variedades agrícolas tradicionales que, no obstante, tienen grandes posibilidades para la producción de km0 por estar adaptadas a las condiciones regionales.

La meta, a largo plazo es que, a través de estas prácticas, el sector agrícola y forestal presente y, sobre todo, futuro, sea económicamente viable y competitivo con un escaso nivel de emisiones, usando eficientemente los recursos y cultivando en armonía con los recursos naturales.

Este modelo de manejo agroecológico es también una forma de mitigar los efectos cambio climático. Por un lado, una  vez creados, los vergeles imitarán la complejidad del ecosistema de un bosque con una alta capacidad de reacción y adaptación frente a eventos climáticos extremos. Por otro lado, funcionarán como sumideros o depósitos naturales de carbono absorbiendo y capturando el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.

En conclusión, con este proyecto se plantea un modelo agrario para la producción de fruta de calidad, complementada con la formación y el agroturismo, encuadrando dicho modelo en criterios de economía circular, resiliencia climática y sostenibilidad.